Detalles del Examen

Examen
Categoría Infecciosas Varias
Nombre Anti-Varicela Zoster IgG
Descripción
La varicela y el herpes zóster están causados por una infección por el VVZ. Este virus forma parte de la familia de los virus del herpes. La prueba frente al VVZ detecta los anticuerpos producidos por el sistema inmune en respuesta a una infección por el VVZ o bien detecta el propio virus.

La prueba de la varicela y herpes zóster es útil para detectar y diagnosticar una infección actual o previa con el VVZ. Normalmente no es necesario realizar ninguna prueba para diagnosticar una infección activa, ya que los signos y síntomas permiten identificarla. Sin embargo, en algunas personas con lesiones cutáneas atípicas, la prueba ayuda a confirmar la infección. En ciertos casos, especialmente en las personas que han recibido trasplantes de órganos o en las embarazadas, la prueba de la varicela y herpes zóster puede emplearse para diagnosticar una infección actual o para determinar si estas personas habían desarrollado inmunidad a raíz de una infección previa o de una vacunación.

Antes de la introducción e implantación masiva de la vacuna contra la varicela en el año 1995, prácticamente todos los adultos habían estado infectados por el VVZ. El VVZ está presente en su forma latente en muchos adultos que fueron infectados cuando eran niños, sin embargo según los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), la incidencia de nuevos casos de varicela ha disminuido significativamente. Se estima que dos dosis de la vacuna proporcionan una protección efectiva, cercana al 98%; por otra parte, las personas que se infectan suelen presentar síntomas más leves.

El VVZ puede ocasionar varicela en los jóvenes y en adultos no vacunados o que no han estado expuestos al virus previamente. La infección primaria es altamente contagiosa y se transmite fácilmente entre las personas al toser, estornudar o al tocar el fluido de las ampollas cutáneas. En la infección primaria aparece una erupción cutánea con picor a las dos semanas de la exposición al virus; posteriormente, se forman unas pápulas similares a unos granitos, que se transforman en unas pequeñas ampollas (vesículas) rellenas de líquido. Estas vesículas se rompen formando una costra y finalmente cicatrizan. Este proceso se produce en dos o tres brotes de centenares de vesículas en unos pocos días.

Una vez resuelta la infección inicial, el virus pasa a una fase latente y queda acantonado en las células nerviosas sensoriales. La persona infectada desarrolla anticuerpos durante la infección y normalmente estos anticuerpos impiden que se vuelva a contraer la varicela. No obstante, con los años y en personas inmunodeprimidas, el virus puede reactivarse y migra entonces desde las células nerviosas donde estaba acantonado hasta la piel, causando un herpes zóster.

Los síntomas del herpes zóster suelen ser sensaciones dolorosas con quemazón o picor cutáneos, más o menos intensos, en la zona de la cintura, la cara o alguna otra parte del organismo. Normalmente tiene una única localización, aunque puede afectar simultáneamente a distintas zonas del cuerpo. Varios días después del dolor, picor o sensación de hormigueo, aparece una erupción, con o sin vesículas, en la misma localización. En la mayoría de casos, el dolor y la erupción disminuyen en unas pocas semanas y el virus vuelve a pasar a una fase latente. Algunas personas presentan dolor persistente durante varios meses.

Actualmente se dispone de una vacuna que contribuye a disminuir el riesgo de reactivación del virus en forma de herpes zóster en adultos y ancianos, y en el caso de que se desarrolle un herpes zóster, la severidad de los síntomas es menor. En el año 2006, el Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP) empezó a recomendar la vacuna frente al herpes zóster a los adultos mayores de 60 años. La vacuna no se recomienda en el caso de que el sistema inmune se encuentre debilitado (inmunosuprimidos).

La mayoría de los casos de varicela y herpes zóster se resuelven sin complicaciones. En los casos en que existe un debilitamiento del sistema inmune, como en las personas infectadas por el VIH o en los receptores de trasplantes de órganos, las manifestaciones clínicas pueden ser más graves y durar más tiempo. En algunos casos, el virus puede no pasar a fase latente y diseminarse hacia el sistema nervioso central.

Los efectos sobre el feto de la exposición al virus de la varicela zóster (VVZ) en embarazadas dependen del momento en el que se produce y de si la mujer había estado expuesta previamente al virus. En las primeras 20-30 semanas de gestación, una infección primaria por el VVZ raramente ocasiona trastornos congénitos. Si la infección tiene lugar entre 1 y 3 semanas antes del parto, el bebé puede nacer con la varicela o contraerla después del parto, si bien el bebé estará parcialmente protegido por los anticuerpos maternos. Si un recién nacido queda expuesto al VVZ al nacer y no tiene protección por los anticuerpos maternos, la infección por el VVZ puede ser fatal.

Requiere Ayuno Sí.
Tiempo de Entrega 4 días (Días laborables)
En Colaboración Sí.

Este examen se realiza en colaboración con laboratorios nacionales y/o internacionales certificados.

Precio $29.00USD

Precio normal.